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La educación socioafectiva y su necesidad
Fundamentalmente, la escuela primaria debe buscar que los y las estudiantes desarrollen y afiancen una determinada escala de valores -que haga juego con su identidad propia, con su cultura, con las aspiraciones más nobles de la familia y de su propia sociedad-, que genere actitudes deseables como respuestas ante la realidad y la vida. Cuando un o una estudiante realiza alguna actividad, facilitada por su docente -ponga usted por caso, la resolución de un problema matemático o la elaboración de un informe-, está desarrollando sentimientos -favorables o desfavorables-, sintiendo emociones -positivas o negativas-, está generando actitudes -de acuerdo o desacuerdo-, etc., todo lo cual se puede educar desde la misma asignatura o especialidad, con el ejemplo, con la motivación, con la actitud docente.

Todos los aspectos anteriores se pueden sintetizar con la palabra afectividad. La afectividad es importante en sí misma, es importante enseñarla y es importante evaluarla por muchas razones entre las que se pueden priorizar las siguientes:
  • Los valores son más permanentes y aunque naturalmente pueden cambiar, esto se hace a conciencia del individuo. Ofrecen una base para el actuar, para el aprender, para el hacer. No se puede enseñar neutralmente, se enseña y educa para algo más.
  • El campo afectivo condiciona las acciones, conductas y decisiones importantes en la vida.
  • La escuela primaria, debe darle amplio espacio al campo socioafectivo para que los individuos puedan mantener actitudes críticas ante la avalancha de propuestas –no todas éticamente deseables-, que les hace el medio en que viven.
  • El campo socioafectivo debe tener como finalidad, en la educación primaria, que la niñez se desarrolle plenamente en el control y expresión de sentimientos, emociones, elevación de la autoestima, aumento de la tolerancia a la frustración, a la autovaloración, al autorrefuerzo, generación de actitudes positivas hacia el trabajo, el estudio, la investigación y desarrollo de una escala de valores deseable para constituirle como persona en todo el sentido de la palabra.

En el campo socioafectivo se puede provocar aprendizajes siempre y cuando haya objetivos claros. Dichos objetivos deben reflejar lo que se quiere del estudiante en materia de actitudes y valores. Si se va a educar en este campo es porque se espera que puedan ser modificados mediante un proceso enseñanza-aprendizaje con ellos. Además hay que tomar en cuenta que el enseñar no es neutral; todo conocimiento o habilidad conecta con determinados valores y actitudes. Dicho de otra manera, al enseñar estamos también educando en la actitud hacia ese algo y estamos tocando valores trascendentales.

Se debe reconocer que en la relación profesor(a)-estudiante siempre hay una influencia mutua, aunque es la de la persona docente la que a la hora de la verdad pesa más. En esta relación, que es de doble vía, se aprenden muchas actitudes y valores relacionados con: el tipo de relación (respetuosa, afectiva, áspera, de poco respeto,...), la forma de enseñar (detallista, superficial, ordenada, desordenada,...), el ejemplo (la identificación o el rechazo que se siente por un docente). Toda persona docente influye en las actitudes y valores de sus estudiantes.

Sugerencias para evaluar los aspectos socioafectivos. A diferencia de los contenidos conceptuales, los afectivos no se enseñan con una clase o como una asignatura. Son más bien experiencias transversales que necesitan consenso y empuje o desarrollo de todos y todas las docentes, por lo cual como proceso que es, necesita formas de evaluación adaptadas a dicha naturaleza.

A continuación se le presentan algunos puntos concretos de los que usted debe apropiarse para evaluar en forma efectiva este tipo de contenidos:
  • Se deben propiciar vivencias dentro del aula que permitan observar "el desempeño" y actuación d los estudiantes.
  • Al evaluar no hay que perder de vista que debe tratar de dterminar en qué medida están siendo incorporados los valores presentados y las actitudes positivas que se han promovido en el aula -en convivencias o no-.
  • Aquí más que nunca hay que olvidarse de las notas o calificaciones. Se va a evaluar, no a medir.
  • Se trata de recoger datos que permitan una apreciación y una valoración de determinada situación.
  • En todo momento se debe tener en mente que los juicios de valor, son personales y deben ser respetados.
  • Da mejor resultado que la evauación sea anónima y grupal. Un individuo puede mentir o ser falso, pero esto se "empareja" al tratar los datos como grupo.
De esa cuenta la evaluación debe ser una experiencia enriquecedora que permita crecer más en el sentido del aspecto evaluado. Debe motivar y generar actitudes que permitan fortalecer a la persona y dotarle de una personalidad moral fuerte.

Técnicas e instrumentos
Es necesario partir de la idea que la técnica fundamental para evaluar las actitudes y los valores es la observación sistemática. Todo docente que desee profundizar en este campo debe avivar sus sentidos y aprender a desarrollar y aplicar instrumentos que faciliten dicha observación para recoger los datos adecuadamente. Por otra parte, debe también facilitar situaciones educativas que permitan evidenciar los valores y actitudes que desee promover con los estudiantes.

Entre los instrumentos que el docente puede utilizar para recoger los datos producto de observación están: las escalas de observación, el diario de clase, el observador externo, las pautas de observación, las listas de cotejo y el registro anecdótico.
Existen también las técnicas no observacionales, donde los instrumentos más conocidos son las escalas de actitudes, pero que por ser técnicas que indirectamente evalúan el fenómeno, son menos confiables y deben ser hechas con sumo profesionalismo. Finalmente y muy importantes para profundizar en los datos obtenidos con las técnicas anteriores están las entrevistas, los debates, los juegos de simulación, entre otros, que son técnicas que ayudan al docente a profundizar en el desenvolvimiento del estudiante, en ciertos contextos, para verificar la forma en que ha desarrollado el aprendizaje de actitudes y valores propuestos.
Dar clic en el enlace:  Ejemplo de instrumentos actitudinales Lista de cotejo. y analizar los instrumentos correspondientes a:
  • Escala de observación.
  • Como valorar la actitud hacia la pluriculturalidad.
  • Para valorar la responsabilidad como valor.
  • Para identificar valores que gobiernan "mi" vida.

La evaluación de las actitudes debe ser también un método didáctico para enriquecerse y propiciar la mejora. Cuando se hable de datos concretos es mejor hacerlo en forma anónima y la expresión de opiniones no debe representar ninguna represión.